Y
ná, que tras 17 horas en el Expreso Tigre Iguazú ("el nuevo misionero"),
llegamos a Puerto Iguazú ávidas de lograr nuestro "bautismo" en las cataratas.
Tras acomodarnos en el residencial Paquita (Vieja capulla pesetera, a nadie se le ocurra
ir para allá), nos informamos de la forma adecuada para movernos; y planificamos nuestras
visitas cataratianas. Comenzaríamos por el lado argentino, y luego cruzaríamos a Foz de
Iguaçu, en Brasil, para ver el lado brasileiro. Luego hubo algún que otro cambio de
planes, pero básicamente fue lo que hicimos...
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