Westport, Pancake Rocks y Greymouth

    Una vez superada nuestra caladura abeltasmaníaca, nos encaminamos hacia Westport. Mientras Kris conducía un ratito, leí ávidamente la guía y descubrí que hay una fiesta importante todos los segundos sábados de febrero, ya que una maratón acaba en dicha ciudad. Puñetera casualidad, aquel era el segundo sábado de febrero, y pronto comenzamos a ver corredores agotados a la vera de la carretera. Efectivamente, el pueblo estaba lleno de gente, sobre todo de otras ciudades de la isla sur. Sería allí donde David, de 62 años; y Morgan Freeman (alias kevin), de edad alta pero indeterminada, intentaron ligar con nosotras. Conocimos también a Julie, de Christchurch, que nos invitó a su casa cuando pasáramos por su ciudad. Ah, y tratamos de depilarnos mirando en peluquerías, pero resultó que el lugar adecuado para la depilación era una floristería y una librería. Al ser sábado tuve que proseguir con mi bigote de Pancho Villa. 

     Arriba a la izquierda, el Buller Gorge, que es el río que desemboca en Westport. A la derecha, la playa salvaje en la que dormimos aquella noche.

Distintos momentos juerguiles. En la foto de la izquierda, en el centro, Dave, el noviete de Kris. Con barbas, un personaje de ascendencia ruso portuguesa que nos llamaba flacas y nos invitaba a Pizza. Encima, en el centro, Julie, de Christchurch, a la que luego visitaríamos en su casa.

     A la izquierda, Morgan Freeman y un amiguete suyo babosete (creo que se puede apreciar perfectamente en la foto). Aquella noche, aunque Kris no lo recuerda mucho, nos enseñaron el saludo maorí, que consiste en pegar frente con frente y nariz con nariz; y compartir la respiración.

     Abajo, a la izquierda, el desayuno resacoso del día siguiente. Nos dio casi para todo el día: pan y mermelada caseros, salami, fruta, huevo pasado por agua...

     Abajo, a la derecha, momentos de conducción por la West Coast. Este tramo en concreto era una carretera pegada a la línea de costa, con cartel de aviso de "precaución: focas", si bien no vimos ninguna (luego descubriríamos que se camuflan con las rocas y hay que saber verlas)

 

     Y de ahí a las Pancake rocks. Son unas extrañas formaciones de rocas cuya forma está causada por la erosión; pero que los geólogos aún no saben definir el por qué. Con marea alta parece que salta el agua en el interior, pero la marea estaba baja. Eso sí, las rocas un flipe...

     En la foto de abajo a la izquierda hay unas rocas en las que podías ver mil formas diferentes: desde la cabeza de un perro hasta la de un Dios maorí. Venía un panel en la que te dibujaban las figuras.

     A la derecha, Kris haciendo la india (nunca mejor dicho) en un bosque de Pongas...

 

 

Mas momentos de conducción por la West Coast...

     Y llegada a Greymouth. Llegamos allí un domingo, y era realmente una ciudad fantasma. Eso sí, zona minera y capital del Jade. Como nuestra ropa húmeda del Abel tasman seguía en nuestra nevera, cogimos un albergue, "El arca de Noe" para asearnos y poner lavadoras. Eso sí, la peste que emitíamos debía percibirse, porque nos tocó la habitación de las cerdas. Me explico, al ser un hostel temático, cada habitación estaba decorada como un animal, y el nuestro era el de las cerdas. En las fotos de abajo, estamos en el jardín...

    La Kris haciendo el minga a lo "Dinastía" o "Falcon Crest" en un bar texano en el que entramos a comer.

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