Bueno, cambio de aires. Nos subimos hacia el norte, hacia El Véneto; y si bien al principio solo íbamos a estar una tarde en Verona, decidimos posponer nuestra marcha a Venecia unas horas para poder disfrutar más de la ciudad. Nuestro hotel era fashiondelamuerte; y tras la larga caminata que nos habíamos pegado con nuestro equipaje, se agradeció un refrescamiento. Ese día fuimos a visitar la Piazza Erbe, con sus casas pintadas al fondo y los puestos de artesanía alrededor. Caminamos hasta ver el Castel S.Pietro, el más alto de la ciudad; y luego nos encaminamos por el único puente romano que ha sobrevivido (Puente Pietra) hacia el teatro romano, donde aún representan obras de teatro. Fuimos allí porque se suponía había un ascensor que te subía hasta el museo arqueológico, desde donde había buenas vistas de la ciudad. Como nos liamos, subimos andando y no descubrimos hasta más tarde el ascensor. Por último, visitamos la casa de Giulietta, con su balcón característico, aunque no tengo muy clara la línea que delimita la ficción de Shakespeare de la realidad.

Al día siguiente nos fuimos a ver la tumba de Giulietta, que además era un museo bastante curioso y que encima celebraba bodas por doquier. Luego paseamos hasta ver por fuera Castelvecchio, en el centro de la ciudad; y acabamos en la Basílica de San Zeno, que era impresionante. Además, su santo es negro, qué leches. Es curioso.

PIAZZA ERBE