Aljezur en sí era un pueblecito bastante rústico, pero encontramos una oficina de turismo donde nos informamos de un camping que estaba a un par de kilómetros y que era tremendo. Para verlo, en un par de horas bastaba. Había un castillo arriba desde el cual había unas vistas guapas y allí que subimos. Encima, fuera del camping, había un restaurante-bar que se llamaba "Chile", y en el que dimos cuenta de unos deliciosos langostinos tigre. Tremendooo... |
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