Faro no nos decepcionó: viniendo de la masificación turística, flipamos con que, para ser un lugar tan bonito, estuviera casi vacío. En Alburquerque ya nos contaron que esta es una ciudad universitaria, y que durante el curso está llena de gente y hay mogollón de ambiente, pero que en verano se queda muy tranquila. Mi hermano y cuñada nos recomendaron cogernos un ferry para ir a la Isla desierta, que tenía una playa gigante y maravillosa con agua.. ¡a temperatura normal! ¡Al fin nos pudimos dar un baño sin congelarnos! Encima había un restaurante en el que nos comimos una dorada gloriosa: y el punto mas grande es que al servírnosla, nos quitaron las espinas, eso sí, con un arte... Como se ve, tenia un casco antiguo amurallado precioso; y encima nosotras nos alojamos en un lugar bastante curioso: un antiguo convento reconvertido a escuela de hostelería. Aquí alcanzamos el punto más meridional. Al irnos, tendríamos que volver al norte poco a poco... |
||
![]() |
![]() |
|