Montes Dolomitas y Cavalese
 
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Explorada Venecia, nos fuimjos a visitar a Silvia a los Dolomitas. Hicimos una breve parada de baño y papeo en un pueblo llamdo Peschiera, en el Lago Di Garda; y luego tratamos de coger la autopista hacia Trento para llegar a Cavalese, que es el pueblito donde los padres de Silvia tienen la casa. Y digo tratamos porque los carteles nos mandaban a un tal Brennero, que no encontrábamos por ningún lado. Por eso, cogimos una comarcal que iba en la dirección correcta y anduvimos revoloteando en torno a la autopista. Unas veces la cruzábamos por debajo, otras por encima, a veces íbamos a us izquierda, otras por su derecha... y no aparecía ninguna entrada para poder meternos en ella.

Tras unos cuantos kilómetros al fin lo conseguimos. A partir de ahí, no tuvimos ningún problema para encontrar Cavalese, un pueblito precioso; y Brennero era Brenner, ciudad austríaca; pero en su acepción italiana.

La piccola, en el baño del bar en el que paramos.

Abajo, con el mapa tridimensional que nos hizo el padre de Silvia con cachos de queso y de jamón.

El sábado nos fuimos de turismeo por los distintos sitios que nos había recomendado el padre de Silvini. Primero nos lo explicó con el mapa tridimensional hecho de speck y queso, como puede apreciarse arriba; pero luego Silvia le dio un boli y un papel y pasamos al mapa bidimensional.

Pues lo dicho: primero llegamos a un refugio de montaña en donde, justamente, se puso a llover al llegar. Luego pasamos por un pueblito del que no recuerdo el nombre a recoger información, y luego nos subimos al Sella, en donde la niebla lo cubría todo y mas que verse se intuían los glaciares.

El domingo, Silvini se quedó a pasar el día son sus padres. Nosotras cogimos el mapa y escogimos un lugar aleatoriamente, porque la verdad es que todo tenía una pinta preciosa. Las sorpresas: una fiesta txumba llena de chavales borrachos en medio del monte; y una tienda de montaña con ofertas maravillosas en la que todos acabamos comprando algo.
 

Y nosotras pensando que había un coche aparcado con la música a tope en algún lugar del camino, qué fuerte. Vaya fiestón que tenían...

y nuestras últimas horas en Cavalese...

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