Miércoles 27 de marzo: Brooklyn, Distrito financiero, Isla Ellis, Top of the rock
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Con el sueño aún cambiado, volvimos a madrugar y decidimos dirigirnos a Brooklyn y al lado sur de la isla de Manhattan para acercarnos al distrito financiero y a la estatua de la libertad. La estatua se ve desde distintos puntos de Manhattan (entre ellos, desde el Empire State), pero muy pequeñita. La idea era acercarnos lo mas posible. Una pena que, hasta julio, estuviera cerrada; con lo cual el desembarco en la isla Ellis no fue posible.

Según nos bajamos del metro, cuando estábamos buscando nuestra posición en el mapa para poder dirigirnos al Brooklyn Heights Promenade (mirador desde el que se ve Manhattan y el puente de Brooklyn); una viejita angloparlante nos preguntó si podía ayudarnos, y nos indicó el camino.

Así, primero nos dedicamos a las vistas y luego nos dirigimos al puente para cruzarlo a pie hacia Manhattan.

El siguiente puente que puede verse es el Puente de Manhattan, que da acceso directo al barrio de Chinatown, pero alli nos acercaríamos otro día.

Una vez cruzado, nos encontrábamos ya en el distrito financiero de Manhattan. Nos paramos un ratito en St. Paul Chapel, muy cercano a la zona 0, y que tenía un memorial por las víctimas del 11S. Es el edificio religioso mas antíguo de Manhattan.

La campana de la Esperanza fue donada en 2002 y se inauguró el mismo 11 de septiembre de ese año. Fue un regalo de Londres, y también se tañe el 11 de marzo y el 7 de julio, en conmemoración de los atentados en Madrid y Londres.

Después, caminamos hacia el sur para llegar al Battery Park, que es el lugar de donde salen los ferrys para dirigirse a la Estatua de la Libertad. No nos paramos a mirar demasiado para que no se nos hiciera tarde, y tuvimos la suerte de que justo estaba un ferry esperando a llenarse... Primero nos llevó costeando el sur de Manhattan, luego ya se dirigió mas al sur, a la isla Ellis por el río Hudson; y para terminar subió por el East River hasta el puete de Brooklyn.

Una vez desembarcados, teníamos ya bastante hambre (desde nuestro superdesayuno con huevos fritos, sólo nos habíamos comido un perrito caliente); y cuando vimos una cadena de comida con bocatas de pan de verdad (que allí le llaman pan francés); nos cogimos uno para cada uno para acumular fuerzas.

Entonces, nos fuimos a la búsqueda de Wall Street.

Nos costó un poco, pero al fin encontramos el "New York Stock Exchange", que es el edificio de la Bolsa. Para flipar las medidas de seguridad: todo vallado, y con policías en el acceso a las cercanías del edificio. No tenemos claro si lo hacen desde que arrancó el movimiento de Occupy Wall Street o si es algo normal desde siempre.

Al ladito estaba el Federal Hall, que fue el primer capitolio de los eeuu y donde se nombró a George Washington (de ahí la estatua). Ya era tarde, así que no pudimos entrar, pero debían tener un museo gratuíto

 

Federal Hall

New York Stock Exchange (La bolsa)

Lo que es Wall Street, pues un poco decepcionante. Era una callecita estrecha (no se si era solo por las vallas de la bolsa y la cantidad de gente que había o si es que era realmente pequeña comparada con una 5ª avenida o con Broadway).

Yo quería ver el toro de Wall street, y nos costó un poquito encontrarlo.

Es una escultura de bronce que pesa 3.200 kg creada por Arturo Di Modica situada en el parque Bowling Green cerca de Wall Street.

La escultura representa a un toro, el símbolo del optimismo, agresividad y prosperidad financiera; flexionado en sus patas delanteras y con la cabeza ligeramente agachada como si estuviese a punto de embestir.

Di Modica gastó todos sus ahorros, 360.000 dólares, para crear y situar el toro después de la crisis bursátil de 1987, como un símbolo de la fuerza y el poder de los estadounidenses. La escultura fue idea del artista y no de la ciudad como se ha llegado a decir. En un acto de "arte de guerrilla", llevó la estatua el 15 de diciembre de 1989 frente a la bolsa de Nueva York como regalo de navidad para los ciudadanos de la gran manzana.

El clamor del público cada vez fue mayor para que el Departamento de Parques y Zonas de Recreo de la ciudad de Nueva York colocase esta escultura en la plaza Bowling Green, al final de Broadway .

En el mismo parque donde estaba el torete, estaba también el Museo de los Indios Americanos, así que aprovechamos para entrar. La verdad, es que no se ni cómo nos dejaron, porque quedaban 15 minutos para cerrarlo, así que fue un visto y no visto. Eso sí, tenía buena pinta. Lo que más me gustó fue una zona dedicada a la música, donde había fotografías y posibilidad de oir discos que habían grabado gente india pero cantando todo tipo de música, no solo folklorica. Había indios que cantaban blues, o rock&roll. Pero lo que he comentado: nos expulsaron vilmente y nos quedamos con las ganas.

Y así, nos cogimos el metro para volver al Rockefeller Center. Como ya habíamos visto la ciudad durante el día, decidimos subir al Top of The Rock para verla por la noche. Primero descansamos un ratito en un hall del Rockefeller tomándonos un chocolate del Starbucks.

Como tenían Wifi gratuíto, estuvimos wassapeando un rato. El top of the rock iba por horas, y nos dieron paso para las 8.30 de la tarde. Entretanto, visitamos la tienda de souvenirs y descubrimos que fue en la construcción de aquel complejo donde se hicieron las famosas fotos de los obreros en la viga. Todo el merchandising giraba en torno esas fotos, así que yo me agencié un bonito imán para mi nevera y alguna que otra postal.

Y así terminó nuestro segundo día en New York. Metro de vuelta a Queens y a descansar.

 

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