Cinturón de Hierro

 

 

Localidades por las que transcurría en sentido oeste-este:

Abanto-Zierbena, Muskiz, Galdames, Gueñes, Gordexola, Laudio, Bilbao, Arrankudiaga, Ugao-Miraballes, Zeberio, Arrigorriaga, Galdakao, Larrabetzu, Lezama, Gamiz-Fika, Zamudio, Mungia, Derio, Loiu, Laukiz, Erandio, Berango, Urduliz, Sopela y Barrika.

 

Al constituirse el Gobierno Vasco en octubre de 1936, la ofensiva de los sublevados franquistas sobre Bizkaia desde Gipuzkoa acababa de ser detenida en la muga entre ambos territorios, constituyéndose una línea de fortificaciones de campaña improvisada en el fragor del combate.

El recién estrenado Gobierno Vasco creó un Negociado de Fortificaciones. El mismo se encargó de dirigir y supervisar la construcción de líneas defensivas, y en particular del llamado “Cinturón de defensa de Bilbao”, el famoso “Cinturón de Hierro”.

El negociado lo dirigía el capitán de Ingenieros Alejandro Goicoechea. A partir de ese momento, se movilizaron recursos y hombres para mejorar la línea de contacto citada y, sobre todo, para dotar a Bilbao de una línea defensiva más cercana que volviera inexpugnable la ciudad y el puerto. Sin embargo, tras una febril actividad inicial, concluida la batalla de Villareal a finales de diciembre, se tomó la decisión de suspender las obras de fortificación a retaguardia para evitar el derrumbe moral. Esto acabó malogrando el perfeccionamiento de la línea.

A principios de 1937 quedó en suspenso la plantación de hierba para enmascarar la línea construída, haciendo poco visibles las remociones de tierra. La simiente de hierba preparada al efecto no se entregó a Ingenieros y acabó como pienso para el ganado.

La línea del cinturón de defensa tenía unos 70 kilómetos, aunque los reales se acercaban a los 100.

Se dividía en cinco sectores:

•  El 1º era el de Zierbena, que se extendía de Punta lucero hasta Sodupe.

•  El 2º , del Ganekogorta, iba de Sodupe a Miraballes, entre los ríos Cadagua y Nervión.

•  El 3º incluía el terreno entre Miraballes y Galdakao.

•  El 4º discurría desde Galdakao al Gaztelumendi

•  El 5º partía de Gaztelumendi hasta el amr, al oeste de Plentzia.

La obra constaba teóricamente en un total de 1.400 nidos de ametralladoras combinados con alambradas.

El responsable de las obras, Goicoechea, se pasó al campo sublevado franquista el 27 de febrero. En ese momento, sólo el 40% del trazado del cinturón estaba terminado o en fase de construcción, y los nidos terminados eran únicamente 180.

La ofensiva sobre Bizkaia, iniciada el 31 de marzo, reactivó tímidamente los trabajos, mientras se dedicaba mucho esfuerzo a imrpovisar defensas de campaña para bloquear el avance franquista.

A mediados de mayo, la batalla del Sollube y su continuación en Jata y las inmediaciones de Mungia, con presencia de tropas italianas, hizo temer que los franquistas tuvieran como objetivo alcanzar la orilla derecha de la Ría de Bilbao y la zona del Abra, amenazando por tanto el puerto de Bilbao y localidades de la margen izquierda como Santurtzi, Portugalete o Sestao. Esto motivó que se acelerasen las obras de defensa del cinturón en la zona situada al oeste de Jata y Mungia, llegando a construirse o iniciarse hasta cinco líneas defensivas entre Urduliz y Berango.

También eran fuertes los sectores 3º y 4º entre el norte del Upo (Al sur del Ibaizabal) y Larrabetzu (al norte de dicho río), con tres líneas de fortificaciones acabadas ante un posible ataque desde Amorebieta, en dirección Este-Oeste. Sin embargo, estos sectores estaban amenazados en los flancos por sendos portillos, en monte Upo y Gaztelumendi, que permitían el acceso por la espalda a las principales obras realizadas.

A partir de mayo se aceleró el intento de cubrir los huecos del Cinturón, con el trabajo de los batallones de Zapadores e Ingenieros del Ejército Vasco, y de numerosos civiles movilizados. El 20 de mayo la “comisión ordenadora de trabajos de defensa del país” hizo un llamamiento a “todos los alcaldes de Euskadi” para movilizar a todos los vecinos y refugiados de entre 18 y 55 años residentes en sus municipios.

Las Brigadas Civiles y batallones de retaguardia, movilizados por los Sindicatos, se sumaron al esfuerzo de última hora e, incluso, ante la cercana presencia del ejército franquista, se intentó dotar a Bilbao de una última línea de resistencia entre Artxanda y Ganguren, en lo que calificaron algunos como “Cinturón de la muerte”.

La esperanza en la última batalla por Bilbao se puso en la capacidad de resistencia del cinturón, pero era imposible. Según Gamir, necesitaba 70.000 hombres para cubrir el perímetro, y sólo disponía de 29.000 (refiriéndose a la infantería, en realidad el ejército vasco tenía 43.500 hombres a fecha 7 de junio).

Todo fue inútil. Los franquistas iniciaron el ataque el 11 de junio (bombardeos intensos de aviación alemana, italiana, posteriormente fuego de artillería moderna y finalmente avance de infantería) capturando las últimas posiciones delante de la zona de ruptura del cinturón.

El día 12 la actuación combinada y concentrada de 144 cañones y 110 aviones hicieron brecha en el cinturón, aplastando a los defensores en la zona de Gaztelumendi, uno de los portillos dejados por Coicoechea donde sólo se pudo ultimar una única línea defensiva.

Al día, los atacantes lograron una ventaja decisiva al desbordar a derecha e izquierda el resto de la línea, ocupando Larrabetzu y profundizando hasta alcanzar y ganar el extremo oriental de la llamada Sierra de Ganguren, la línea de alturas que entre Enekuri y Erletxes venía a significar la última barrera defensiva de Bilbao.

La batalla y Bilbao estaban perdidos, aunque aún quedó la épica resistencia en Artxanda-Santo Domingo.